Te tomo en libertad
y  me dejas en la universidad.
Compañera de mi 
diaria sentencia.
Me invitas a sentarme
menos veces de las que  me gustarían.
Entre tu vaivén
alcanzo a atrapar
unas pocas palabras
en el papel.
Fiel amiga de la costa,
aunque por momentos escurridiza,
Compartes tu música mecánica conmigo
y  hasta me enseñas a escribir.
Gracias antigua viajera
De latón y pintura.